Preciso fue el instante.
las horas terminaron,
los ojos se nublaron
el sol, ya no salió.
Se hizo, del todo un gran nada,
del siempre un "para nada"
y el fin, se repitió.
La flor, se hizo trizas,
el cielo era cenizas
y el muro desvaneció.
Desvaneció.
Y el hecho, es que no te diste
la pauta para mirarte
ni el tiempo para conciliarte
con tu mayor temor.
Te dices en el espejo:
la sonrisa es el reflejo
que el mundo es tu refugio
la soledad es mejor.
Y el hecho, es que volaste
sin moverte, te acobardaste;
no cediste a los intentos
accediste al oeste.
Y el hecho es que es muy lábil
decirse justo y muy hábil
cuando la soberbia es una gris nube
y el orgullo la inundación.
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