Para el sábado.

Pasarán unos días, antes de que asimile la idea.
Perfectamente descubriré, qué es lo que te tuve que haber dicho a la víspera de despedida.
Sabes que las lágrimas, me enmudecen.
Sabes incluso que para las despedidas soy un mal caso.
Sabes también que eres mi persona especial, que alegraba mis tardes.
Aquella que jamás cansaré de escuchar en bromas.


No espero al sábado esta vez con ansias; al contrario.
Quiero decirte que en poco tiempo, me harás más falta que jamás.
Quiero que sepas, que tu silencio será lo que me hiera, aunque mil y un voces hablen.
No eras un espacio, ni un ruido necesario.
No eras ni un peso y mucho menos eras algo que quisiera desechar.
Eres incluso, lo que me daba ánimos para seguir día a día.




Para el sábado que ya no estés, estando...
adivinaré, cómo despedirme bien.
Para el sábado que viene, después de éste y del siguiente...
no te aseguro que no moriré;
contrario de todo, te aseguro que no cambiaré nada.
Aseguro, que otro sábado, te volveré a ver.


La distancia no me limita,
el llamarte tarde tampoco lo hará,
sólo entiende, que no será lo mismo.
Saberte lejos, cuando antes, tu sonrisa,
me iluminaba el lugar.
Para el sábado, mucha falta me harás.