La dulzura de lograr olvidarte cuando aún recuerdo pésimamente lo que de tí confiero.
Hacerte el mejor de los daños, cuando simplemente, te quisiera cerca-lejos, pero el saber de tí, es lo único que quiero.
Un sin fín de estupideces sin saber que de tí no puedo, ni siquiera apartar el pensamiento, mucho menos, dejar de respirar tu aliento.
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