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Cae pronta la rima en la esquina de mi vida,
llueven canales hermosos,
carentes de palabras frías,
bailo entre destellos estirando ambos brazos,
y en cada uno llevo cristales en forma de vasos,
mi baile interrumpe el armonioso firmamento,
porque pinto con palabras llenas también de lamentos.

Soy parte de las partículas que describía Heisenberg,
y eso no es nada nuevo: en el reflejo también te ves,
y si tuviese cienpies,
ninguno estaría junto
ya que todos correrían a todos los puntos,
la gente quiere seguir escondida entre los juncos,
para olvidar todos sus asuntos,
quiero olvidarme de todas las tinieblas,
y olvidar así todos esos sustos.

Estoy atrapado en medio del silencio,
su hermoso sonido,
juega conmigo,
y en cada latido,
que mi corazón sintoniza,
camino más certero al borde del abismo.
Descubro el hermoso tonal en el eterno tiempo,
y cobro ventaja de mis ideas transitorias en todo momento.

Decenas, centenas y unidades de millar,
es como mi vida gira por tanto mirar,
y recuerdo la vieja vida,
fue entonces cuando emprendi mi huida,
sin saber que es lo que quería me encontraba triste,
como cuando sueñas, te enamoras, te despiertas y no existe.

Es común atesorar imágenes llenas de sonrisas,
para cuando las miras llenarse con lágrimas,
y asi llevo en mi interior tu bella sonrisa,
para recordar con dulzura esa vieja vida,
atesoro las palabras que se gritaron al silencio,
para utilizarlas y plasmarlas en el horizonte de lo eterno.

Y en un barco de papel viajan mis rimas,
y se rien al saber que tan cerca están las salidas,
guardo debajo de mi almohada pedazos de la luna,
y uno por uno los tomo para probar esa dulzura,
que volara por siempre para regresar como vacuna.